Jabón de Arcillas

  En el taller que hice en Sevilla aprendí a hacer este jabón, Ana nos enseñó la técnica y nos dio una receta base muy buena, yo he modificado algo los aceites y las arcillas, pero la idea y el diseño son los mismos. Tenía ganas de probar a hacerla yo sola, y éste ha sido el resultado.

 En este jabón he empleado 6 tipos diferentes de arcillas y un sobreengrasado bajo del 6% de aceites de avellana y cáñamo, por lo que está pensado para las pieles mixtas o con tendencia a grasas.

  Lo he preparado en 6 capas de 300 grs. y con una arcilla diferente cada una, pero los mismos aceites y esenciales. La técnica es ir girando el molde y creando hondulaciones con un palito sobre la masa del jabón.

 Los diferentes tipos de arcilla o barro se han usado desde tiempos muy lejanos con fines medicinales y embellecedores. Las arcillas estimulan la eliminación de agentes tóxicos. Una de las muchas aplicaciones de la arcilla es ayudarnos a tener una piel limpia y saludable. Las propiedades curativas de la arcilla son: regenerativas, refrescantes, descongestionantes, purificadoras, cicatrizantes, absorbentes, calmantes y antibióticas.

   La arcilla es muy eficaz en la destrucción de bacterias, tiene propiedades antisépticas, antibióticas y purificadoras para todo el cuerpo.

Rassoul, es una arcilla rica en óxido de hierro y magnesio, con propiedades absorbentes y desengrasantes, hidrata y alimenta la piel, limpia y desengrasa el pelo y el cuero cabelludo, sin alterar la fibra de la queratina.

Arcilla blanca, es más rica en aluminio que la arcilla verde, por ello tiene un efecto más purificante, pero es más pobre en oligoelementos y no contiene fósforo, cloro ni zinc. Es lavada por las aguas de lluvia y es la arcilla de mayor pureza, además de poder ser ingerida. Es ideal para las pieles secas y mates. Es astringente y aporta luminosidad a nuestra piel. La arcilla blanca es una aliada perfecta para eliminar impurezas de nuestra piel y ayudarla en su regeneración celular. Debido a su composición tiene un efecto blanqueador, por lo que nos puede ayudar a combatir las manchas que aparecen en nuestra piel.

Arcilla rosa, es una mezcla entre la arcilla roja y la blanca, es muy común su uso en estética para mascarillas faciales. El uso de la arcilla rosa está más recomendado para pieles sensibles, secas y cansadas.

Arcilla verde, su color es debido a los óxidos de hierro ferroso y de magnesio. Es muy rica en oligoelementos, que pueden variar dependiendo de su procedencia. Contiene silicio, potasio, cal y fosfatos, entre otros minerales. Es cicatrizante gracias a su alto contenido en sílice, aluminio y zinc. Es muy absorbente por lo que se utiliza en infecciones purulentas. Se recomienda su uso si nuestra piel es mixta o grasa, debido a su capacidad de absorción. Elimina las impurezas, limpia los poros y purifica. Nos ayudará a eliminar la celulitis. Si tenemos acné, la arcilla verde nos ayudará a controlarlo. Tiene un efecto relajante y aporta frescura y elasticidad a nuestra piel.

Arcilla negra biológica, tiene efectos cicatrizantes y regeneradores de la piel, destaca por su alto contenido en manganeso, que le confiere este color negro tan particular.

Arcilla amarilla, la componen partículas muy finas de óxido férrico, lo que le da su coloración, por tanto es rica en hierro y potasio y tiene una importante concentración de oligoelementos. Ayuda a cicatrizar y calma los picores. Nos ayudará si tenemos problemas de eccemas e incluso de herpes. Su uso está aconsejado en pieles grasas y mixtas. Elimina toxinas y grasas de nuestra piel proporcionándole una buena oxigenación. Absorbe las impurezas más finas de la piel dejándola especialmente suave. Cierra los poros. Nos ayudará a reducir la celulitis. Está recomendada para las pieles más frágiles que necesitan una especial tonificación. Aumenta la elasticidad de nuestra piel y combate los signos de envejecimiento.

   El aceite de cáñamo tiene propiedades hidratantes y regeneradoras de la piel.

Es el aceite más rico en ácidos grasos esenciales, del 51% al 62% de ácido linoleico, del 19% al 25% de ácido linolénico, con porcentajes superiores al aceite de onagra o al sésamo y con un alto contenido en vitamina E incluso superior al del germen de trigo.

Contiene también antioxidantes, sales minerales y vitaminas indispensables para mantener la piel sana.

El cáñamo tiene propiedades hidratantes, por lo que es ideal para la elaboración de emulsiones hidratantes corporales y mascarillas para el cabello.

Por sus propiedades regeneradoras de la piel, combinado con aloe vera es ideal para después del afeitado, y como champú reconstituyente del cabello combinado con el Karité.

   El aceite de avellana es nutritivo y regenerante, previene la deshidratación de la piel. es muy suave y fluido, se recomienda su uso para el cuidado de las pieles sensibles. Es rico en ácidos grasos monoinsaturados,  y contiene sustancias protectoras, hidratantes y reguladoras de las glándulas sebáceas, por lo que es especialmente adecuado para el cuidado de la piel con tendencia grasa, dermatitis seborreica y/o acné. También ayuda a cerrar los poros.

Fórmula empleada:

Oliva                     77 grs.

Coco                     39 grs.

Palma                    39 grs.

Maiz                      26 grs.

Avellana                  6 grs. (T)

Cáñamo                  6 grs. (T)

Ac. Esteárico           7 grs.

Cera de abejas         3 grs.

Agua                      71 grs.

Sosa                      27.6 grs.

6% de sobreengrasado

28% de concentración

Aceites esenciales de limón (3), menta (1) y romero (1).